Las humedades por
filtraciones tienen su origen normalmente en zonas sin impermeabilizar o
con impermeabilización deficiente de manera que el agua pasa sin obstáculos a
través de la fachada, muros de sótano y/o cubiertas. Este tipo de humedades
por filtraciones aparecen a menudo en la intersección de los muros de
sótanos con la solera y/o el forjado superior, así como en juntas constructivas
(en los propios muros de sótanos, por ejemplo), por rotura o deterioro de los
cerramientos o acabados y a lo largo del recorrido de las instalaciones de
fontanería y/o saneamiento.
Uno de los problemas más habituales es el
de humedades por filtraciones de agua laterales. El agua que hay en las tierras
que están en contacto con los muros se filtra a través de los mismos y se generan
una serie de importantes problemas en los materiales de construcción: daños a
nivel estructural, deterioro y fallos en las instalaciones eléctricas,
desprendimiento de los revestimientos interiores y entrada de agua al interior del
edificio, creando un ambiente con humedades, insalubre y no habitable.
Las humedades por filtraciones tienen normalmente una apariencia muy similar. Las
manchas por entrada de agua siempre marcan una línea de contorno, donde en su
centro, se sitúa el escape. Si la entrada está más extendida, la forma puede
ser alargada. Donde mejor se ve es los muros de sótano ya que en otras
localizaciones hay varios factores que nos pueden despistar y llevar a engaño:
los falsos techos, las tuberías (al ir entubadas pueden tener el escape
muy lejos del sitio de la mancha) o las paredes con revestimientos impermeabilizantes
o hidrófugos (al no poder salir el agua,
se va mojando toda la pared hasta el lugar donde pueda salir).
Lo más importante y fundamental, para arreglar un problema de humedades
por filtraciones es saber dónde está el origen y no dejarnos llevar
por la exteriorización del problema.
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